PERU.
ENVUELTA EN SANGRE(*)
Por Gustavo Espinoza M.
“Nuestra
Bandera” Domingo 11 de mayo 2025
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Si en el futuro a un peruano se le preguntara cómo terminó
su gestión “gubernativa” Dina Boluarte, podría
responder con presteza: envuelta en sangre. Porque sangre derramó
desde el 7 de diciembre de 2022 cuando se puso la “banda
presidencial” por un acuerdo sucio con la ultraderecha; y
sangre fue la que derramó con inusitada frecuencia en diversos
rincones del país, y derrama aún para espanto de la
ciudadanía.
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Hoy mismo fluye sangre de los peruanos en las calles de Huancavelica,
Ayacucho, Juliaca, Abancay, Loreto y otros lugares. También,
por cierto, en La Libertad, en el distrito de Pataz donde
recientemente aparecieron los cadáveres de trabajadores
secuestrados antes por bandas delictivas dedicadas a la minería
ilegal y otros turbios enjuagues.
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En el colmo de la impudicia, la Boluarte informó al país
que esos trabajadores habían “fallecido”, lo cual
fue absolutamente falso. Fallecieron otros en distintos lugares de la
patria por diversas enfermedades que no pudieron ser atendidas; pero
esos 13 no fallecieron; fueron asesinados; que no es lo mismo.
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Todo el país sabe que en Pataz se declaró el Estado de
Emergencia hace 40 días. Y se dispuso para esa circunstancia,
la intervención policial y militar. En otras palabras, había
custodia permanente sobre personas y locales. Para todos los efectos,
las autoridades estaban en “estado de alerta” y podía
ejercer funciones de control en todos los ámbitos de la vida
ciudadana. No obstante, ese crimen, y otros delitos, se consumaron
igual, como ocurría antes cuando con total impunidad
operaban las bandas paramilitares creadas por empresas ilegales que
extraían oro a manos llenas. Hoy ellas siguen en acción
y gozan -como se habrá de comprobar- de la más absoluta
impunidad.
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Cabe preguntarse cómo todo eso es posible, a quiénes
beneficia ese negocio, y de qué manera se puede impulsar sin
sufrir las consecuencias de la barbarie que se siembra en el
camino.
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Es posible, en primer lugar, por la anuencia del Estado. Un accionar
así, no puede prosperar por iniciativa propia y decisión
privada. Porque no sólo es dinero, lo que se requiere para su
concreción. Son mecanismos formales que deben ser cubiertos, y
esos sólo se encuentran en manos de las autoridades formales.
Sin su complicidad, no es posible avanzar. Y no se pueden confiar en
el viejo aforismo –“la plata lo compra todo”-
porque no es verdad. De pronto hay funcionarios probos que no aceptan
cualquier “negocio” si no se cumple con los
requerimientos establecidos.
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Los beneficios de este “negocio” son múltiples.
Pero el “boyo central” se lo llevan sus impulsores, los
que tienen -como se dice- la sartén por el mango, es decir,
los recursos del Poder en el nivel más alto. De ellos depende
que prospere el asunto, que debe beneficiar igualmente a los dueños
del capital. En definitiva, se trata de un negocio redondo de la
clase dominante. Por esa razón goza de la mayor
impunidad.
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Sólo se puede impulsar contando con la aquiescencia de quienes
depende el asunto. Y esos, están distribuidos en diversas
instancias de la estructura del Estado. Y es que se requiere de
leyes que protejan el comercio ilegal -el REINFO, por ejemplo- que
está normado por leyes y decisiones parlamentarias, pero
también de acciones ejecutivas que requieren disposiciones
puntuales.
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En el caso, se han constatado hechos clamorosos: los trabajadores
fueron secuestrados el 25 de abril y el 27 y 28 se presentaron las
primeras denuncias públicas porque la Comisaría local
no aceptó las formales. Pero el 30. el primer ministro dijo
que “dudaba de la veracidad de los hechos”. Probablemente
ya ese día, los rehenes habían sido asesinados. ¿Dónde
estuvieron las autoridades a cargo del “Estado de Emergencia”
en Pataz en todos esos días?
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Los cuerpos de las víctimas fueron ubicados y recuperados por
los propios trabajadores y sus compañeros de labor. ¿Por
qué no cumplió esa labor la policía? Dos
Capturados por la presunta comisión del delito, lo
fueron por los ronderos, civiles organizados en Comités de
Seguridad Ciudadana creados por ellos mismo, y sin la menor
participación oficial.
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Los que conocen el tema han dicho que “las medidas”
anunciadas por la Boluarte, no tendrán incidencia en los
hechos Suspender las actividades mineras por 30 días
“prorrogables”, perjudica a los trabajadores mineros de
las empresas formales. Dichas empresas suspenderán el pago de
salarios a sus trabajadores porque “no están laborando”.
¿Como habrán de alimentar sus hogares?. Por lo demás,
las empresas ya anunciaron que “no tendrán ingresos”
– Todo eso explica la Marcha de sacrificio que anuncia el
Alcalde de Pataz para el 14 de mayo y que cuenta con la masiva
aceptación ciudadana
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Entre tanto, decidir la intervención militar o policial, no
resuelve nada, como tampoco lo resolvió en San Juan de
Lurigancho, San Martín de Porras o Villa María. Todos
saben que en las narices de los uniformados, se comenten los delitos.
Establecer una Base Militar en Pataz, no ayudará. Por lo
demás, es idiota pensar en la necesidad de crear Bases en cada
una de las provincias en las que surjan conflictos de este orden. A
ese ritmo, van a convertir el país en un inmenso cuartel y, en
contrapartida, crear una cárcel descomunal para todos los
“descontentos”.
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Y confundir Pataz con el VRAE no tiene sentido. Una cosa es trasladar
droga y otra hacer pasar oro en metálico. Si la inteligencia
natural no les da para percibir la diferencia, no estaría mal
proporcionarles algo Inteligencia Artificial, a ver si les liga.
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Hay que subrayar sin embargo que en el VRAE ya llevan 20 años
“combatiendo el narcotráfico” incluso con ayuda
yanqui. Y en todo ese lapso, lo único que han hecho, ha sido
acumular ingentes fortunas en manos de “nuevos ricos” que
hoy tienen casas con piscina en las zonas más exclusivas de la
capital. ¿O no lo saben los “servicios de
Inteligencia”?
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Por lo pronto, Dina fue a Pataz, pero no para hablar con los
pobladores, o reunirse con los familiares de los asesinados. No. Fue
a reunirse con los 1,000 policías y militares a los que mandó
allá, y con la empresa. Por cierto, cada día acelera,
paso a paso, su derrota.
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Lo que es notable, es que el gobierno aprovecha la crisis para
apoderarse de lo que pueda en lo que le resta de gestión,. Por
eso casi triplica el sueldo de Dina y “reinserta” a
Santivañez en el gobierno a través de la Discamec.
Pareciera, que de ésta, no se salvan. El Gabinete está
en caída y Dina en la víspera de su colapso, envuelta
en sangre. Se avizoran días decisivos.
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En esta circunstancia es que cabe recordar las sabias palabras de
Bolívar en la Carta de Jamaica: "El Perú encierra
dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal; oro y
esclavos. El primero lo corrompe todo; el segundo está
corrompido por sí mismo” (fin).
(*)REMITIDO POR FRANKLIN LEDESMA con las siguientes consideraciones:
Radiografía exacta hecha por el compañero, amigo y colega peruano
Gustavo Espinoza M., de la tragedia que vive ese pueblo hermano, en la
que asegura que “El Gabinete está en caída y Dina (Boluarte) en la
víspera de su colapso, envuelta en sangre. Se avizoran días
decisivos”.
Su análisis refleja lo que ocurre en toda la Patria Grande y mi
golpeado e intervenido país no es la excepción de la regla, en
momentos de rechazo popular mayoritario, ante la sumisión de tantos
cipayos criollos a las absurdas pretensiones del gobierno del genocida
imperio decadente, de apropiarse del Canal de Panamá, de imponer
medidas draconianas en materia de seguridad social y reactivar una
mortal mina a cielo abierto, que destruye el ambiente y todo lo
contamina. Estas absurdas y criminales pretensiones deben propiciar un
gran ACUERDO o PACTO NACIONAL, que enfrente, combata y derrotes a los
enemigos internos y foráneos del país, máximo tributo debido a
mártires y héroes del alpinismo generacional patriótico. Felicito al
compañero Gustavo por su autorizada opinión que compartimos. Franklin LEDESMA.